lunes, 12 de octubre de 2009

En el Crónista de la red...



"El Alhaquín" Fernando Sarría. I accésit del V Premio de Poesía Delegación del Gobierno en Aragón-Cajalón, Editorial Aqua, Zaragoza, 2009


El alhaquín o tejedor es aquel que entrelaza hilos, cordones, espartos, para formar telas con que abrigarse. El libro de poesía El Alhaquín, de Fernando Sarría, es un trabajo de composición, de unión entre palabras sensuales, húmedas, rizadas que componen un universo de sensaciones, de nostalgia, de pulso con el tiempo. Poemas cortos que son pequeñas gotas de vida, píldoras de sabiduría de apenas un solo verso, como "un pájaro sabe del mundo tanto como cien hombres saben del cielo". Sus páginas desprenden exhalaciones cálidas que sirven, como las telas del tejedor, para abrigarse de las madrugadas mordidas por la ausencia, del dolor de la lluvia o de la geometría del amor y sus misterios: "Me he de arruinar entre tus labios rojos", "Valgo en la lluvia el precio de una gota de agua y en su interior construyo un mundo" o "Dame un par de risas o ese llanto. Deshazte de mí. Hoy soy el viento".
Amantes que dejan de serlo antes del alba, preguntas que inquietan y que urge responder: "¿Cuánta tristeza cabe en la humedad de una lágrima?". "Me iré pronto, sabes que no soporto el silencio que hace girar las cucharillas del desayuno". Y el deseo, siempre el deseo inundando el poemario de principio a fin, el deseo que juega con nosotros, que llega cuando la ausencia nos acecha o que nos recuerda el sabor que tenía su boca, su cuerpo…
"Un tren en la noche es un faro en el mar de la desolación", dice el autor. Hay un aroma a trenes, a estaciones vacías que giran alrededor de nosotros. O quizá seamos nosotros esas estaciones en busca de amantes, de huida, de madrugadas furtivas... Los trenes y los faros, la humedad de dos cuerpos entrelazados, el tiempo como frontera entre la realidad y los sueños.
El Alhaquín es un tren que recorre las páginas derramando palabras a flor de piel y noches hambrientas de placer. A veces al abrir un libro uno descubre la radiografía íntima de los sentidos, de los que se encuentran en la parte más profunda del complejo mapa emocional. "Nunca se sabe si es el deseo o el miedo lo que te seca la boca", "Un orgasmo puede ser la diferencia entre la ausencia o el olvido". Leer El Alhaquín es adentrarse en el corazón de un bosque repleto de erotismo y de belleza. Una belleza alada y sensual que se teje a golpe de palabras repletas de emociones.


lunes, 20 de abril de 2009

Lectura de El Alhaquín




23 jueves, día de Aragón, San Jorge y DÍA DEL LIBRO:

F. J. SANZ BECERRIL, FERNANDO SARRÍA Y ALMUDENA VIDORRETA

Recital con los ganadores del V Premio de Poesía de la Delegación delGobierno / Cajalón.

19:30h en la FNAC de Zaragoza




viernes, 3 de abril de 2009

Pablo Lorente habla del premio en el Heraldo


El primer galardón del V Premio de Poesía Delegación del Gobierno-Cajaón recayó en el libro `Immanere´, de Francisco Javier Sanz Becerril, que ganó en 1985 el Premio de Poesía Ciudad de Zaragoza con `Palabras que no amor´. El poemario de Sanz se distribuye en cuatro partes, cada una de ellas titulada en torno al verbo latino maneo, que como el título del libro, hace referencia a “permanecer”. Es una obra que juega con el lector a través de la idea expresada en el título, pues todo se mueve alrededor de lo que permanece y desaparece, la vida y la muerte junto con algún leve toque de humor. La primera parte del libro, se construye en torno a breves poemas y al aforismo, se trata sobre todo la muerte, o más bien el análisis intelectual sobre ella: “Espero a este lado de la vida, / al otro lado de la muerte”.
En la segunda parte aparece el tema del silencio, tratado en el poema “Otras Venecias”, lugar no casual; podemos ver también un poema en inglés, lo que junto a otras características del libro lo hace un tanto posmoderno. En las otras partes, la lectura se hace más compleja; los temas no varían, pero sí el estilo. Aparecen poemas más extensos y textos de prosa poética; en estos poemas más desarrollados, podemos observar el oficio del autor en la elección de términos, la combinación de imágenes y la aparición de figuras retóricas.
El primer accésit fue para Fernando Sarría con `El Alhaquín´. Sarría ha escogido la palabra alhaquín para enmarcar perfectamente su libro; esta palabra significa “tejedor”, y esa ha sido la labor del poeta en la construcción del poemario. Construir con breves poemas –el máximo de seis versos- como si fueran filamentos, un gran tapiz plagado de soledad, silencio y desconocimiento (“Cada vez es más difícil encontrar las verdades ocultas, / todos se sirven de la palabra como símbolo de libertad, / mientras el silencio sabe y calla.”).
Al cerrar el libro y tomar perspectiva, podremos contemplar un tapiz que mostraría una escena rodeada de muchas a la vez, y que sería una explicación de la nostalgia: “Puede ser la última mujer de mi vida, / pero quizás tengas todavía el poder / de recordarme a la primera”.
Sarría continúa el proceso ya comenzado en su anterior obra, explorando los últimos rincones del alma y del recuerdo, a través, fundamentalmente, del tema del amor y en mayor medida, del desamor, que es ya a estas alturas, uno de los grandes ideales de la poesía contemporánea.
El segundo accésit lo ganó Almudena Vidorreta con el libro Algunos hombres insaciables. “Caerá la desgracia sobre todos ellos como cae la lluvia / y no cesará la venganza y la cólera en ese tiempo”. En este tono apocalíptico transcurre el poemario de Vidorreta. El título nos remite a una especie de hombres casi mitológicos que por fortuna, nada tiene que ver con lo sexual, estigma de la poesía supuestamente femenina. Distribuido en tres partes, a través de poemas extensos, se nos narra la casi total desaparición de la especie humana por la lluvia, el polvo y la alergia, quizá trasfondo de los problemas de nuestra sociedad. Hay en los poemas un tono muy logrado que se mantiene a lo largo de toda la obra, al igual que su intensidad, que poco a poco se amplía y se enriquece en matices. El fin de la humanidad para dar paso a otra diferente, es el telón de fondo, el amor, la palabra y la búsqueda de la identidad encuentran también su espacio.

PABLO LORENTE


Vesania también lo lee...






Gracias Carmen...un beso




miércoles, 11 de febrero de 2009

Mi amiga Lamima lee el libro



Ella, uno de mis ángeles, se deja un poco de su tiempo entre mis versos...


viernes, 6 de febrero de 2009

El libro ya se puede comprar



Ya se puede comprar en Los portadores de sueños en Zaragoza...lo envían por correo.

En Antigona y en la Fnac.


martes, 3 de febrero de 2009

En el blog de Antón Castro








FERNANDO SARRÍA: POEMAS DE 'EL ALHAQUÍN'

Fernando Sarría me envío ayer su segundo poemario publicado: El Alhaquín, (según la RAE significa “tejedor, hombre que tiene por oficio tejer”) que ha sido uno de los accésit del premio Delegación de gobierno-Cajalón. El libro de Fernando, así de entrada, es un poemario amoroso, un libro de exaltación del erotismo y de la complicidad entre los amantes, es un libro de escalofríos, resuelto en versos cortos y a veces en fragmentos de una sola línea, y es la crónica de un viaje en tren y de la observación del mundo, del alma y de la noche desde lo alto de un faro. Este bello dibujo es de Eugene Delacroix.



Copio algunos textos:



1



Un silencio recorre mi espalda.

tú me estás mirando.



2



Sé de tu cuerpo

y en mis manos se respira

la fragancia de la noche.



3



Rumor del fuego.

Tus labios avanzan por mi vientre.



4



Me despierto. Tú duermes.

Soy un faro silencioso

anunciando una luz

en un muelle vacío.



5



La humedad de un sueño

a veces es la lluvia que dejó una ausencia.



6



Hay una línea azul que el mar esconde

y que sólo habitan las gaviotas.



7



Un desierto es parte de un abismo,

la parte baja de un acantilado.



8



Ser un hombre amado por todos

es prácticamente un epitafio.



9



Un faro encendido sigue desnudando la ternura del mar.


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Gracias Antón